Muchos sabéis que Siberia es una de los ecosistemas más bonitos, gélidos y especiales de nuestro planeta. Olga Kostina, de Rusia, una pensionista del pueblo de Kamarchaga en la taiga de Siberia, parece ser que sí lo sabe y no va a permitir que ensucien con plástico, el bello paisaje que la ha visto crecer.
Con gusto y paciencia, Olga Kostina ha decorado su sencilla casa de madera con artísticos estampados elaborados con casi 30.000 tapones de botella.
Un ejemplo más de que reciclar, puede ser un arte.